Aportaciones de nuestras lectoras – La que Arde https://www.laquearde.org Revista digital Tue, 31 Oct 2017 03:21:47 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9 La madre mexicana: entre lo divino y la realidad. Por Anel Flores https://www.laquearde.org/2015/07/16/la-madre-mexicana-entre-lo-divino-y-la-realidad-anel-flores-cruz/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/la-madre-mexicana-entre-lo-divino-y-la-realidad-anel-flores-cruz/#respond Thu, 16 Jul 2015 20:44:37 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3598 Cada año, desde 1922 en México se celebra el Día de la Madre. En torno a esta festividad se organizan con anticipación festivales escolares, promociones en los restaurantes y tiendas de electrodomésticos, ropa, zapatos, celulares, entre otros. En general, la celebración repunta de manera considerable las ventas de los comercios locales formales e informales en …

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Cada año, desde 1922 en México se celebra el Día de la Madre. En torno a esta festividad se organizan con anticipación festivales escolares, promociones en los restaurantes y tiendas de electrodomésticos, ropa, zapatos, celulares, entre otros. En general, la celebración repunta de manera considerable las ventas de los comercios locales formales e informales en todo el país.

A pesar de que la celebración representa ya una tradición en la cultura mexicana, la mayoría de la población desconoce que el origen de este día se sustenta en la anulación de una demanda social comenzada en Yucatán (a principios de los años 20) por mujeres que promovían el control de la natalidad a través del folleto “La Brújula del Hogar”.

El contenido del folleto que orientaba a las mujeres sobre la forma de evitar embarazos no deseados, fue señalado por grupos conservadores como “propaganda inmoral”, y como resultado de este acto subversivo, el entonces Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, apoyado incondicionalmente por el diario nacional Excélsior, promovió la creación de una fecha conmemorativa que diera respuesta y silenciara ideas liberales que “habían lacerado los corazones de los mexicanos”. Así, propuso homenajear a las dadoras de vida premiando el sacrificio, la ternura y la labor de las madres en los trabajos domésticos.

El estereotipo de la madre mexicana

En México las representaciones respecto a la maternidad se han ido modificando con el paso del tiempo, de manera notable la tasa de fecundidad se ha visto disminuida. A nivel nacional durante las últimas décadas se observa una reducción en los patrones reproductivos de la población, de 1960 a 2009 disminuyó de 7 hijos a 2.4 hijos, según datos del INEGI.

No obstante, en el imaginario de la mayoría de las y los mexicanos la idea de la maternidad sigue siendo representada desde un contexto religioso con la Virgen de Guadalupe y con algunos personajes populares de la televisión mexicana, de incluso hace más de cien años, como Sara García. En ambos casos resaltan la idea del sacrificio de la vida por la de sus hijos o hijas, invalidando por completo la identidad como personas.

Marian Moreno LLaneza, licenciada en Filología Hispánica y asesora en temas de coeducación en países latinoamericanos y europeos, explica que en general, el estereotipo de madre que se promueve es el de la mujer perfecta: amorosa, entregada, sacrificada, escondida de lo público, pendiente siempre de la casa, cariñosa, menor de edad en cuanto a política y mundo público, que siempre está para las demás personas, no para ella misma. Ante esta situación, ser “mala madre” puede representar cualquier cosa.

Sin duda, la realidad de las mujeres mexicanas que son madres varía de acuerdo al contexto social y económico en el que se desenvuelven, pero la mayoría coincide en una doble o triple jornada de trabajo. De acuerdo a los datos del INEGI, casi todas desarrollan actividades domésticas (96%) a las que dedican 35:29 horas en promedio a la semana, en contraste con los hombres 11:04. Curiosamente, las mujeres que viven en pareja son quienes dedican más tiempo al trabajo doméstico: 51:35 horas semanales en promedio.

La doble jornada a la que se enfrentan las mujeres ocupadas implica que dediquen 80 horas a la semana al trabajo remunerado y no remunerado en sus hogares, más de 15 horas a la semana que las que le dedican los hombres a ambas actividades, como lo señala el INEGI.

En este contexto, de acuerdo a los datos que arroja la entrevista realizada a más de diez mujeres (efectuada para este artículo), la mayoría señaló en primer término que la situación de las mujeres que son madres mejoraría si existiera mayor involucramiento por parte de los varones en el cuidado de hijas e hijos y en las tareas domésticas; en segundo, el mejoramiento de las condiciones laborales en cuanto a oportunidades de empleo y salarios; y en tercer punto, apuntaron su preocupación por el mejoramiento de las estancias infantiles y la extensión del tiempo en las guarderías.

Cabe señalar que la mayoría de las mujeres entrevistadas cuentan con estudios de nivel superior y se desenvuelven en trabajos remunerados.

En cuanto a la idea de maternidad, la mayoría de las entrevistadas relaciona el ejercicio de ésta con el amor, la ternura y la bondad; no obstante, implica un compromiso y responsabilidad que pocas veces se advierte. “Es una responsabilidad enorme, que nunca se acaba, no te da tiempo ni de respirar, pero es una tarea hermosa porque te da la posibilidad de formar un ser humano en toda la extensión de la palabra”, señaló una de las entrevistadas.

Calificar de “buena madre” y “mala madre”, es para la mayoría de las entrevistadas una idea que tendría que diluirse, pues consideran que la maternidad tendría que entenderse como un proceso en el que se cometen muchos errores que muchas veces son injustamente señalados. “No pienso que haya malas o buenas madres, sólo pienso que hay mujeres diferentes que reaccionan según su historia de vida”, expresó una de ellas.

Por otra parte, cuando se les cuestionó respecto a los mitos que giran en torno a la maternidad, la mayoría coincidió en la idea idílica del embarazo y la maternidad como una tarea fácil.

La maternidad como mandato

De acuerdo a los datos del INEGI, en Oaxaca el 71.9% del total de las mujeres de 15 años y más han tenido al menos un hijo nacido vivo, en tanto, el porcentaje restante (28.1%) ya decidió, o aún no decide ser madre.

La decisión de la maternidad se ver mermada por una serie de prejuicios en torno a la naturalización del rol materno. La mayoría de las mujeres no se plantean si van a ser o no madres porque la interrogante no tiene excusa, el presupuesto es que tendrán en algún momento de su vida, decidir lo contrario se considera sospechoso y representa una serie de señalamientos que vulneran la autonomía de las mujeres. Para Marian Moreno llaneza, “toda la sociedad da por hecho que por ser mujer, serás madre, si no lo eres te hacen parecer como mujer incompleta”.

Esta idea se aprende, como lo explica Moreno Llaneza, desde el momento en que los juguetes que se regalan a las niñas, por lo general, sirven para fomentar la idea de cuidado de bebés, de cocinar para toda la familia, de limpiar y de ajustarse a un papel secundario en cuanto a profesiones y proyectos personales que no sean el del entorno familiar. Los medios de comunicación hacen incidencia en esto continuamente.

A partir de entrevistas realizadas a más de diez mujeres mayores de 30 años que no tiene hijos, la mayoría de ellas manifestó sentir presión social por su familia, amigas, amigos y personas desconocidas en la decisión de ser o no madres.

En ese sentido, las frases más recurrentes que han escuchado son: “¿eres feliz?”, “tal vez eres muy exigente”, “en lugar de hijos vas a tener nietos”, “mujer que no engendra hijos engendra tumores”, “te vas a quedar sola”, “¿quién te cuidará cuando seas grande?”, “te va a dejar tu marido”, “cuando quieras ya no vas a poder”, “te vas a arrepentir”.

El mayor temor, que rodea la defensa de la maternidad es la soledad. En el caso de las mujeres con pareja y que aún no deciden o ya decidieron no tener hijos, la idea de la maternidad se convierte en un sentimiento de compasión similar al que se expresa en las mujeres llamadas peyorativamente “solteronas”, pero en este caso no es por la ausencia de un hombre, sino porque van a perderse la experiencia “divina” de la maternidad. Esta idea menoscaba, desde luego, la libertad de las mujeres para decidir otro destino.

Foto Anel Flores CruzAnel Flores. Comunicóloga y educadora. Integrante de la red Mujeres Tejiendo de Saberes (Mutesa) y del círculo de lectura Por nosotras mismas. Es editora del Fondo Editorial del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca y articulista en varios medios locales de la ciudad de Oaxaca, México.

https://apuntesfeministas.wordpress.com/

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Mi sueño es uno de libertad. Por Claudia Carolina García https://www.laquearde.org/2015/07/16/mi-sueno-es-uno-de-libertad-por-claudia-carolina-garcia/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/mi-sueno-es-uno-de-libertad-por-claudia-carolina-garcia/#respond Thu, 16 Jul 2015 20:05:02 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3515 Yo tengo un sueño, pero mi sueño es muy diferente y lejos está de siquiera parecerse al sueño que tuvo Martín Luther King en su momento, ya que mi sueño va más allá de los derechos civiles y políticos. Mi sueño es un sueño de igualdad, de justicia, esperanza, pero sobre todo, es un sueño …

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Yo tengo un sueño, pero mi sueño es muy diferente y lejos está de siquiera parecerse al sueño que tuvo Martín Luther King en su momento, ya que mi sueño va más allá de los derechos civiles y políticos. Mi sueño es un sueño de igualdad, de justicia, esperanza, pero sobre todo, es un sueño por la libertad, por la vida; mi sueño es que todas las mujeres podamos tener el derecho a la no maternidad.

Quiero comenzar este texto con algunos de los argumentos de las personas que están en contra del aborto:

El producto es cosa de dos no solamente de la mujer: Si bien es cierto que para que exista la fecundación se necesitan dos personas, solamente una es la que carga con todo el embarazo desde la concepción hasta el alumbramiento, en muchas ocasiones únicamente en la concepción es donde interviene el hombre, ya que muchos suelen desentenderse: “Para qué no te cuidas” “Ése no es mi problema” “Yo no quiero un hijo” “Ése es tu problema”, suelen alegar. Por tanto, deja de ser cosa de dos y pasa a ser un asunto que únicamente le corresponde a la mujer.

El derecho a la vida: Yo me pregunto ¿acaso con el aborto se está matando a alguien? ¿se apuñala o se dispara a alguna persona? Lo que crece en el vientre de la mujer aún no es un ser humano, es un embrión, un proyecto. Por eso no se puede hablar de un ser humano hasta después de las 12 semanas de gestación.

Motivos religiosos: Dios quiere que tengas un hijo y tendrás los hijos que dios te dé. Si lo abortas será un pecado y te vas a ir al infierno.

Motivos morales o sociales: Abortar es malo, imagínate que tu madre te hubiera abortado. Serás una asesina.

A continuación daré algunos puntos de la otra cara de la moneda, es decir los argumentos del por qué debe legalizarse el aborto y los beneficios que dicha legalización traería.

El derecho a la vida: Este derecho está establecido en diversas constituciones, por ejemplo en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, este derecho se encuentran consagrado desde su primer artículo, también diversos ordenamientos internacionales establecen este derecho como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La ilegalidad del aborto cobra la vida de 47 mil mujeres al año en todo el mundo, según estadísticas reunidas por el Guttmacher Institute, mujeres que tenían las ganas de seguir viviendo, estudiando, trabajando, pero que de acuerdo a muchos grupos sociales y religiosos cometieron un gran pecado que fue el de no querer ser madres y terminar con la gestación del embarazo. El aborto, al ser ilegal, no se desarrolló en las condiciones mínimas y miles de mujeres perdieron la vida.

Yo debo decidir sobre mi cuerpo: La concepción se lleva a cabo gracias al esperma que aporta el hombre pero la concepción ocurre en el útero de la mujer y todo el desarrollo del embarazo se lleva a cabo dentro de nuestro cuerpo no recibiendo ninguna ayuda del hombre, de hecho, en muchos casos ni se vuelve a ver al hombre desde que aporta su esperma; desde la concepción nuestros cuerpos sufren cambios y no sólo nuestro cuerpo sino toda nuestra vida, por lo que las mujeres debemos tener abiertas las dos puertas:

Primera Puerta: Estoy embarazada y quiero ser madre.

Segunda Puerta: Estoy embarazada y quiero terminar con el embarazo por que no quiero o no estoy preparada.

Algunos de los beneficios que traería consigo el aborto legal:

Vidas de miles de mujeres: Al ser legal el aborto las mujeres que así lo deseen podrán hacerlo en un hospital, ya sea público o privado, que tenga todos los servicios y las condiciones necesarias para llevarlo acabo y atender todas las complicaciones que se llegaran a presentar, con esto se salvaría la vida de miles de mujeres ya que serían atendidas en un lugar con las medidas de higiene, los servicios adecuados y el personal debidamente capacitado.

Disminución de niñas y niños en situación de calle o abandono: Actualmente muchas mujeres con el miedo de abortar e ir a prisión se ven se forzadas a llevar a término el embarazo y una vez que nace la o el menor los abandonan en cualquier calle, en cualquier esquina.

Mejora en la calidad de vida tanto de las mujeres como de sus hijos o hijas: Al poder elegir, las mujeres que realmente quieran ser madres llevarán el embarazo en las mejores condiciones posibles, le darán los mejores cuidados al o a la menor y le crearan un ambiente sano y lleno de amor donde crecer y desarrollarse, situaciones que no podrían darse si la mujer hubiera sido madre solamente por obligación o porque no le quedó de otra.

En las últimas letras de este texto y a manera de conclusión, propuesta y exigencia, les digo a todas las personas que en un momento lean esto y a las personas que tienen en sus manos la aprobación de la legalización del aborto, a ustedes que incursionan en la vida política de su país y a usted señor Papa; a ustedes, de quienes depende la vida de miles de mujeres, les digo que debe existir una educación sexual de calidad  para poder decidir, que los anticonceptivos existen para no tener que abortar, y el aborto debe ser legal para no morir.

carolinaClaudia Carolina García. Feminista, madre soltera, abogada, maestra en estudios de género, oradora, polemista, que arde por la palabra libre, la verdad, la libertad y la emancipación de las mujeres.

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La mamá de… Por Sabrina Gaucher https://www.laquearde.org/2015/07/16/la-mama-de-por-sabrina-gaucher/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/la-mama-de-por-sabrina-gaucher/#respond Thu, 16 Jul 2015 20:02:50 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3520 Quisiera compartir una breve reflexión autobiográfica que me parece oportuna para el tema de este número. Enmarcada en la “celebración a las madres” es que comienzo a escribir acerca del derecho a la no maternidad. Como madre de dos niños, me parece que tengo el deber y el derecho de hacerlo. Vale la pena que mencione …

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Quisiera compartir una breve reflexión autobiográfica que me parece oportuna para el tema de este número. Enmarcada en la “celebración a las madres” es que comienzo a escribir acerca del derecho a la no maternidad. Como madre de dos niños, me parece que tengo el deber y el derecho de hacerlo. Vale la pena que mencione que disfruto mucho ser mamá, también debo ser honesta: es agotador serlo y vives angustiada una gran parte del día, pero desde que me convertí en mamá, para muchxs dejé de ser Sabrina, y pasé a ser “la mamá de…”.

Hace poco concluí la maestría en sociología y el discurso de mi asesor de tesis fue conmovedor para la mayoría, pues mencionó el gran esfuerzo de, además de ser mamá, terminar una tesis. Cuando entré a clases llevaba a mi segundo hijo conmigo pues era lactante de tiempo completo, entonces la característica por la que me identificaban…¿adivinan? era la de ser mamá. No era la única en la maestría con hijxs, pero si la única que lo llevó a clases desde el principio.

Cuando me reencontré con algún amigo del pasado y se enteró que era mamá, no faltó el comentario: “ahora seguro tus pláticas son de pañales”. Pareciera que las mujeres debemos o ser sólo madres, o no serlo, la identidad de la mujer pareciera estar construida a partir de los otros. Como ya dije, disfruto ser mamá, pero ahora las preguntas más frecuentes que recibo están relacionadas con la salud de mis hijos; me han desdibujado de tal forma que muchos creen que es incompatible la anterior yo, con esta nueva. Yo creo que sigo siendo la misma.

Lo que quiero decir es que a pesar de mis hijos, sigo disfrutando de la lectura, me gusta ser reconocida por mi esfuerzo intelectual, no por mi capacidad de cambiar pañales. Aún quiero regresar a la fotografía, y cuando estoy en algún sitio de adultos no me interesa que me recuerden a mis hijos. Las que somos mamás no queremos ser sólo madres, aún continúan vigentes nuestras aspiraciones como mujeres. Y aquellas mujeres que han decidido no tener hijos, pueden disfrutar de los sobrinos, de las hijas de las amigas, pueden jugar con lxs hijxs de la vecina.

En conclusión, tener hijxs no convierte a una mujer en experta en el tema, y no querer tenerlxs no convierte a una mujer en un ser despiadado que odie a los niñxs, son decisiones y punto, aunque me parece que la segunda es una decisión más fundamentada que la primera, dado que son muchas las mujeres que naturalizan el hecho de ser madres, porque ya les “toca”, porque para eso está diseñado tu cuerpo, no por elección propia, debemos aprender a decidir, pero para eso primero debemos exigir que se dejen de meter con nuestra identidad. Mujer no es sinónimo de mamá, ni de belleza, ni de fragilidad, ni de ternura; menos aún de sumisión, obediencia y dedicación. Respeto a las decisiones individuales para poder funcionar en colectivo.

sabrinaSabrina Jimena. Mujer pirata, socióloga por elección, con deformación continúa en sociología y teoría crítica. Arde por la construcción de un lugar mejor, sospechosa de ser feliz con poco, pero sueña con mucho. Prófuga irremediable por no cumplir con un papel histórico y menos con uno histérico.

 

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Fruto vs producto. Por Fernanda Vargas https://www.laquearde.org/2015/07/16/fruto-vs-producto-por-fernanda-vargas/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/fruto-vs-producto-por-fernanda-vargas/#respond Thu, 16 Jul 2015 20:01:11 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3525 “… Y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.” Y el producto finalmente fue expulsado del cuerpo que una mujer prestó para que naciera una vida, una futura vida de mierda. Eran las 3 de la tarde de una larga jornada de universidad para Pilar, durante la cual no pensó en Cálculo II, que estaba …

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“… Y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.”

Y el producto finalmente fue expulsado del cuerpo que una mujer prestó para que naciera una vida, una futura vida de mierda. Eran las 3 de la tarde de una larga jornada de universidad para Pilar, durante la cual no pensó en Cálculo II, que estaba a punto de reprobar, ni en ninguna otra asignatura, sino que se quedó pegada con las palabras del profesor de Mercadotecnia:

-En mercadotecnia, un producto es una opción elegible, viable y repetible que la oferta pone a disposición de la demanda, para satisfacer una necesidad o atender un deseo a través de su uso o consumo…

Estas palabras la hicieron pensar profundamente en el producto que anoche había pateado su útero desde adentro y pensó: lo que se hereda no se hurta. Y es que el fabricante de tan indeseable producto lo pateó desde afuera un par de veces.

Pilar también pensó en la disposición de la demanda y trató de recordar sus juegos infantiles, se cuestionó, se abrió la carne, los huesos y penetró con un cortacartón su propia médula buscando algún indicio de demanda para la oferta de tan brutal y vivo producto.

Ya van varios meses desde que Pilar guarda en su útero a un producto con genoma de fruto y cara de bestia, pero en su cabeza no sabe bien cuánto tiempo ha pasado, porque alguien le dijo que imagine que dentro de ella no hay más que agua.

Se siente perseguida, se siente observada, al punto de que no le queda tiempo para sentirse víctima. Mira a los ojos de su madre en busca de algo y ella los esquiva, mientras su padre la mira desde siempre pero desde más lejos, desde esa tarde en la que ella lo citó en un parque, como al pololo que nunca la dejó tener.

A Pilar lo vecinos la miran y ella los ve como a la pantalla de un cine de terror mudo, como a una película demasiado vieja y muy tenebrosa que a ratos se vuelve real. Esta entre asustada y tranquila, porque sabe que no tiene plata pero que tampoco tiene culpa, porque sabe que no siente y de pronto algo late.

Corre el tiempo como los niños que Pilar mira correr en la calle, mientras la mirada se pierde en pensamientos que a ratos son los de una mujer ilusionada, que a ratos son los de una adolescente, de una niña… a ratos se pierde de verdad y se encuentra en su cama sacándose la faja.

De alguna forma el cuestionamiento abarca desde adentro hasta un existencialismo inexistente en alguien como ella, de pensamiento tan concreto, y la lleva a preguntarse qué es, meditación dentro de la cual encuentra la tenebrosa definición de “Fruto de una relación que derivó en matrimonio forzoso”, palabras que por supuesto aterran a la mujer que prestó el cuerpo para la fabricación de un producto al que define como producto porque sabe que de ese ritual, no nacen frutos, sino productos.

¡Y el producto finalmente fue expulsado! expulsado del cuerpo que una mujer prestó para que naciera una vida, una futura vida de mierda, una corta vida cortada por un cortacartón tangible, que podría bien cortar la médula pero sin encontrar nada.

Pilar se va a la Universidad y llega radiante, diferente, llega como llena de luz, la luz de un cuerpo ya no prestado.

Y… ¿Ahora qué?

Pilar, a quien ya conocemos, cumplió con prestar el cuerpo, lo prestó porque ya lo habían usado sin preguntarle, estaba demasiado acostumbrada a tener que prestar el cuerpo, pero no tenía por qué seguir prestando la cara.

HNIJLFKWFernanda Vargas. Estudiante de algo que ha llegado a ser todo y a ratos es pedagogía. Sueño con algo que todavía no sé bien qué es, pero desde ya me hace inmensamente feliz. Quisiera sentir que mi apariencia es para bien, irrelevante.

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El derecho a la no maternidad. Por Karina Blanco https://www.laquearde.org/2015/07/16/el-derecho-a-la-no-maternidad-por-karina-blanco/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/el-derecho-a-la-no-maternidad-por-karina-blanco/#comments Thu, 16 Jul 2015 19:58:42 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3529 “{…} frecuentemente se ven obligadas a engendrar a su pesar. El embarazo y la maternidad serán vividos de manera muy diferente, según se desarrollen en la rebeldía, la resignación, la satisfacción o el entusiasmo.”  Simone De Beauvoir, “El segundo sexo”. ¿Por qué tanta problemática alrededor de la maternidad? ¿Es una decisión exclusiva de mujeres o …

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“{…} frecuentemente se ven obligadas a engendrar a su pesar. El embarazo y la maternidad serán vividos de manera muy diferente, según se desarrollen en la rebeldía, la resignación, la satisfacción o el entusiasmo.” 

Simone De Beauvoir, “El segundo sexo”.

¿Por qué tanta problemática alrededor de la maternidad? ¿Es una decisión exclusiva de mujeres o en el tema pueden intervenir los hombres? ¿La maternidad es un derecho o una condición? Parece increíble que en pleno siglo XXI el tema siga siendo discutido con tanto fervor, parece un capítulo ya pasado, pero la realidad es que las mujeres seguimos estando sometidas a los deseos de una sociedad capitalista que sigue produciendo mano de obra que, a su vez, producirá más mercancía que hará más rica a la gente rica y que seguirá acumulando capital que requerirá nueva mano de obra… Y así, las mujeres seguimos siendo obligadas a maternidades no deseadas. Habrá, para empezar, que develar si la maternidad es condicional o un derecho de las mujeres.

Es interesante cómo funciona la maternidad en diferentes lugares, con condiciones diferentes pero con las mismas “coincidencias” socioeconómicas, políticas y culturales. Es decir, las mismas condiciones socioeconómicas generalmente tienen como consecuencia las mismas formas de maternidad, problemas similares en el sistema de salud y diferentes demandas sobre el tema. Entendamos por maternidad no sólo los nacimientos, sino también los embarazos no deseados, los no planeados y los que no llegan a término. Esto es de suma importancia porque uno de los puntos más controversiales sobre la maternidad, antes que los métodos anticonceptivos, es precisamente el aborto o la interrupción legal del embarazo (ILE). Por ejemplo, de todo el continente americano, sólo cinco países (Chile, El Salvador, Honduras, Nicaragua y San Vicente y Las Granadinas) niegan o restringen el aborto incluso en caso de que la vida de la madre corra peligro. De esos países, sólo San Vicente y Las Granadinas acepta la interrupción del embarazo si la madre fue violada o por problemas socio-económicos. De todos los países del continente, sólo seis permiten que la madre elija interrumpir el embarazo: Canadá, Cuba, Estados Unidos*, Guyana**, México* y Puerto Rico. Estas cifras dan una muestra clara de que lo que le preocupa al Estado no es tanto la libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo, sino el bienestar de “las fábricas de bebés” y la disponibilidad para el sistema mercantil de sus militantes: que las y los bebés nazcan con salud para que puedan ser útiles en la línea de producción.

Entre las comunidades interesadas en que el aborto no esté disponible a la libre elección de las mujeres, se encuentran países con niveles de pobreza y marginación importantes y países altamente religiosos… como La Ciudad del Vaticano1.

No parece coincidencia que sean estos colectivos/lugares quienes nieguen los derechos que deberían tener todas las mujeres a reproducirse libremente, siendo, a través de la historia, los principales opresores de las mujeres. La iglesia cristiana, por ejemplo, las ha perseguido, las ha acusado de brujas, de demonios y les ha mermado sus derechos y pretende seguir haciéndolo, por medio del control de la natalidad y de su propia sexualidad.

“Las mujeres guarden silencio en las iglesias, porque no les es permitido hablar, antes bien, que se sujeten como dice también la ley.”2

“’¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?”3

¿Es la maternidad un tema únicamente de las mujeres? Es una pregunta difícil de responder ante tantas personas interesadas en que sea un tema de opinión popular y general. La participación de los hombres se da de manera insistente, pareciera (y sólo pareciera) que en este mundo patriarcal y viril, es imprescindible la participación de los hombres en absolutamente todos los temas, incluso en los que nos conciernen sólo a las mujeres (es nuestro cuerpo sobre el que pretenden decidir, como un objeto, un no-sujeto). Algunos grupos antifeministas han declarado que los hombres pueden y deben participar en el tema, ya que son ellos los que pagan manutención y son la otra parte generadora, por llamarlo de algún modo. Es cierto, participan siendo desde violadores hasta padres responsables, pero en países como México, los números no dejan mentir: son las mujeres las que afrontan, en su mayoría, los retos de la maternidad; las que se quedan para educar, mantener, cuidar, proteger y salvaguardar a los y las hijas. Es una sociedad que permite y alienta a los varones a desaparecer y no afrontar de manera responsable la paternidad y pena a la madre por el mismo comportamiento por el que aclama al padre. Esta desigualdad hace merecedoras políticamente a las mujeres para que sean ellas quienes decidan sobre la natalidad. Políticamente, pero más allá de cualquier particularidad de la sociedad, es un derecho poder elegir sobre nuestro propio cuerpo, sea para maternidad o no.

A estas críticas antifeministas de hombres que pretenden adjudicarse los derechos sobre los cuerpos de las mujeres, se ha formulado la pregunta que lo vuelca todo: ¿si el embarazo es mío, por qué las decisiones las toma el Estado, la Iglesia o mi pareja? Y son, el Estado y la Iglesia quienes ejercen la mayor presión; si no es el infierno, es la condena moral y social no solamente por abortar, sino por decidir, anticipadamente, no ser madre. Existe una crítica interminable hacia las mujeres que deliberadamente no desean la maternidad, una pena social por no seguir el estatuto y la sentencia de “realizarse como mujer” si no es a través de la maternidad.

Definitivamente, el problema va más allá del debate ético y moral sobre el aborto, va más encaminado a la enajenación de los cuerpos, a la opresión de las mujeres y a mantener el régimen autoritario sobre nuestras libertades. Es el derecho a la no maternidad, el mismo que nos brinda una gama de posibilidades que nos aleja de la sumisión y de la dependencia, tan peligroso, que por supuesto que es y será debatido y discutido no solamente por hombres bajo la bandera patriarcal invisible que oculta el miedo a perder el poder, sino por mujeres que temen, a su vez, perder privilegios de lo imaginario que la soberanía masculina nos ha hecho creer que tenemos. Es importante que todas las mujeres tengamos acceso a opciones de anticoncepción, incluyendo la ILE, pero es todavía más importante y fundamental que sobre todo, sepamos defender nuestro derecho a ser ingenieras, licenciadas, maestras, técnicas, obreras, campesinas, artesanas, artistas, empleadas, intelectuales y sí, también amas de casa que podamos elegir ser o no madres.

En esta ocasión quise evitar hablar sobre las consecuencias de la maternidad obligatoria, como falta de educación, de oportunidades para las y los niños, de recursos y de disponibilidad emocional y/o económica, porque me parece que esos puntos deben ser tratados como consecuencias, como el último eslabón de una larga cadena de violencia que es ejercida en el tema de la maternidad. Creo, a punto de vista personal, que ese tipo de situaciones son un asunto delicado que se tiene que resolver, pero no son la enfermedad, sino el síntoma. La verdadera enfermedad está en la imposibilidad de nosotras, las mujeres, para decidir, para tomar rienda sobre nuestros­­ propios cuerpos y sobre el curso de nuestras vidas. En conclusión, no podemos tolerar más manipulación sobre nuestros cuerpos, nuestras vidas y nuestras decisiones. Somos autonomía, soberanía y como tal, podemos afrontar cada reto que se nos imponga como los seres capaces que elegimos ser. Criminalizar el derecho a la no maternidad no es sino una hipocresía social más que se desinteresa de las y los nacidos y de las madres y se ocupa únicamente de la sana producción fetal. Ser mujer no es sinónimo de ser madre y ser madre no es sinónimo de abnegación. Sobre las mujeres con maternidad obligatoria:

Bibliografía:

  • Simone De Beauvoir, El segundo sexo, edición De bolsillo Contemporánea 2013, México.
  • Marcela Lagarde, Claves feministas para el poderío y la autonomía de las mujeres, Punto de encuentro, México.

Fuentes consultadas al 15 de mayo de 2015:

  • bancomundial.org/indicador/SP:DYN.CBRT.IN/countries/1W-MX-DE?display=graph
  • abortos.com/otras_aborto.htm

karinaKarina Blanco. Estudiante de filosofía. Segunda hija de cuatro, resultado del segundo matrimonio de su padre. Poco sociable, intolerante, feminista (de las radicales). Mujer llena de celulitis y vacía de prejuicios y estereotipos sociales. Malhablada, llorona y fuerte. Necia y aguerrida lectora. Abortista, abolicionista y no sabe amar si no es a lo profundo. Le llaman feminazi cada vez que habla sobre feminismo y sobre luchar. Sonríe. Arde por un mundo donde las mujeres dejen de creer que los hombres nos salvarán y que “calladitas somos más bonitas” y donde los hombres aprendan a vernos y tratarnos como sus iguales y menos como sus “princesas”.

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Cuerpos. Por Grossanka https://www.laquearde.org/2015/07/16/cuerpos-por-grossanka/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/cuerpos-por-grossanka/#respond Thu, 16 Jul 2015 19:56:07 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3532 Poca tu pinche padre donde te encuentres. Me caaaagas. Me enviaste face y whats después de varios días a pesar de que te hice algunas llamadas. Tu sensibilidad o tus intempestivos cambios de conducta, tan ejemplares, y por los cuales a veces discutíamos, me hicieron pensar un drama cotidiano, como solías llamarlo. Pero, cuando decidí buscarte, …

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Poca tu pinche padre donde te encuentres. Me caaaagas. Me enviaste face y whats después de varios días a pesar de que te hice algunas llamadas. Tu sensibilidad o tus intempestivos cambios de conducta, tan ejemplares, y por los cuales a veces discutíamos, me hicieron pensar un drama cotidiano, como solías llamarlo. Pero, cuando decidí buscarte, huevos, la chapa de tu departamento era otra. Poca madre. No has llegado, pregunté y nadie te ha visto. Desapareciste como fino ladrón sin dejar huella, sin dejar rastros dónde husmear. Sherlock Holmes o Agatha Christie y su Poirot, aquí valieron madre. Qué pasó, dime. Comprendo que nuestra relación tuviera esa soltura, esa independencia o libertad de no comunicarnos muchas cosas y una de ellas era el desconocimiento mutuo de nuestros centros de trabajo. Pero el depa. Nuestros encuentros, no lo entiendo. Aunque la verdad, la neta, me cagó siempre tu pinche silencio. No era cualidad. Un mutismo que compartí estúpidamente y envolvió nuestra relación. Muchas cosas quedaron en el aire por ese puto silencio y tuvimos y mantuvimos la idea de que hacer el amor, coger las nubes, coger las lunas, coger las nieves del Iztaccihuatl, cogerse a la mujer dormida, era una vacuna, un antídoto, contra nuestros vacíos. Pero las nubes se evaporan. Y me encabrona manifestar lo que traigo atravesado y comunicártelo por face. O en el whatsapp que viene a ser la misma chingadera. ¿Qué hice? Dime. ¿Dónde te encuentras?

Pequeños cuerpos sin entierro. Cuerpo profanado. Cuerpo silenciado del aparecido infantil, sin ser fantasma, debajo de un puente, en un andén, en un rincón desconocido. Envuelto en hilachos, en papeles. Cuerpos abandono. Agusanados. Míralos. Obsérvalos. Siente entre tus dedos la baba de los gusanos. Mira. Observa a los gusanos consumir el globo ocular, la pupila, el iris, gusanos, decenas de ellos, mineros infames explotar la cavidad. Obsérvalos morder los labios, fracturar las comisuras como praderas, como minas saqueadas. Baba gusana en la resequedad de la lengua, en los orificios nasales, baba descolorida succionar el residuo de los mocos. Baba en movimiento invadir los cuerpos e ir tejiendo zanjas, agujeros de guerra capitaneados por gusanos blancos con superficie anillada y armados con dientes de taladro. Baba. Gusanos. Rompen la piel desde el interior, como topos, asoman su cabeza, desorientados, huelen la descomposición de las nervaduras sin plasticidad y muerden, engullen, tragan insaciables.

Baba gusana en las fosas de los sin nombre

Baba gusana en los desaparecidos

Dude mucho, mucho, para hacer lo que hice. No fue fácil, créeme. Pero ya alguna vez en face te dije que no era partidaria de relaciones a largo plazo. Soy nave sin ataduras, sin anclas. Y menos las que se enganchan por una hija o por un hijo. Mucho menos cuando mi silencio. Cuando tu silencio “compartido”, nuestros silencios, los sentía forzados. Hay parte de verdad en tus apreciaciones. Cogimos y cogimos los colibríes que volaban temerarios hacia el Sol pero nunca llegamos a él porque desconocíamos el modo de vivir en ese planeta. No era el momento. No es el momento en mi vida, en nuestra vida, qué sé yo. No encuentro acomodo todavía, cómo decir, a mis ideas. Dónde diablos te acomodo en mi vacío. Una cosa si me queda clara, la decisión, la disposición sobre mi cuerpo, te lo dije también desde el principio, me pertenece. A nadie más, eso creo. En estos momentos no quiero escuchar ni sentirme víctima de opiniones. Decisión difícil, claro. Lo que pasó, pasó, no me busques. Es más, siento y veo cómo esta vida se nos escapa y nos priva y roba nuestro tiempo. Si mi esclavizante trabajo es suficiente no quiero convertirme todavía en rehén de algo no deseado. Mira, acudí a un hospital y los responsables me prometieron discreción, seriedad y limpieza para hacerse cargo del producto de la cirugía. Entiendes lo que digo ¿verdad? Mira, yo sólo firmé unos papeles y no quise saber nada, nada, de nadie, nada. Imagino tus pensamientos, tus palabras. ¿Sabes? Me siento castrada. Jodida. Me aguanto, sin violencia, sin lloriqueos escandalosos. Sin gritos. Es algo interior, mío, mío. Estoy passsssiva. No te pido, no me pidas, hoy solamente, deja que hable por nosotros el silencio.

El calor hacía de los toldos un sartén. Los autos caminaban con lentitud aumentando el fastidio de sus ocupantes de rostro agrio y sudado. Aullidos en nubes de claxon. Una onda de aire caliente arrastraba a esa hora un aroma pesado, un hedor infame mezclado con los caldos de pollo, la grasa de las carnitas y los tacos callejeros. Algún transeúnte, se menciona a una mujer madura, llamó a un policía y a los servicios médicos informando del olor nauseabundo que despedía una bolsa de plástico negra tirada fuera de un contenedor. Un joven manifestaba a los allí reunidos que ese olor lo despiden unos gases llamados cadaverina y putrecina de cuerpos en estado de descomposición. La bolsa tenía unas rasgaduras por donde se veían manchas de sangre. Primero llegó la ambulancia, la gente dio paso a los paramédicos, quienes abrieron allí la bolsa y encontraron dos fetos envueltos en gasas. Agusanados. Mira, tienen mordeduras – dijo uno de los hombres de blanco – mmm, parecen de un roedor pequeño – dijo el otro.

Fernando Bernal Olmedo. Músico que en acto de reflexión ve recorrer  impunemente  la injusticia en nuestra realidad. Arde por impedir y desterrar las prácticas de sujeción y violencia al pensamiento y cuerpo de las mujeres, que actúan a la luz y en las sombras de esta sociedad.

 

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Una noticia inesperada. Por Martha Pedraza https://www.laquearde.org/2015/07/16/una-noticia-inesperada-por-martha-pedraza/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/una-noticia-inesperada-por-martha-pedraza/#respond Thu, 16 Jul 2015 19:55:12 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3537 El reloj marcó las 12:00, afuera el sol iluminaba con gran intensidad. Sin darse cuenta había permanecido como suspendida en el tiempo por más de 10 minutos. De pronto el ladrido de unos perros en la calle interrumpió el silencio que invadía la habitación. Ella, bajando la mirada, observó nuevamente el objeto que tenía entre …

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El reloj marcó las 12:00, afuera el sol iluminaba con gran intensidad. Sin darse cuenta había permanecido como suspendida en el tiempo por más de 10 minutos. De pronto el ladrido de unos perros en la calle interrumpió el silencio que invadía la habitación.

Ella, bajando la mirada, observó nuevamente el objeto que tenía entre las manos y un escalofrío la estremeció por completo. Fue entonces cuando la pregunta surgió en su mente: “¿Qué voy a hacer?” Seguido de eso, como una película que avanza lentamente se vio a sí misma frente a su familia, amigas (os), vecinos (as) a punto de darles la noticia: “estoy embarazada”

Ella sabía las reacciones que tendría cada persona, pues había sido testigo de ello en varias ocasiones cuando algunas de las mujeres que conocía habían pasado por algo similar… Escuchó dentro de su mente a todas esas personas…

A su padre, regañándola mientras le decía lo decepcionado que estaba y enfatizando que tendría que casarse.

A su madre, llorando y diciéndole lo difícil que es para una mujer sola mantener a un hijo y sin el ejemplo de un hombre.

A sus hermanos y hermanas en silencio pero viéndola con una mirada de lástima como diciendo: “acaba de arruinar su vida”

A sus amigas, tratando de animarla con el típico comentario: “no eres la primera, ni la última en ser madre sin desearlo”

A sus vecinos, rumoreando entre las calles lo tonta que fue por no haberse cuidado teniendo tantos métodos.

En el fondo, sabía muy bien que todas esas personas sólo pensarían en lo que iba a suceder después del parto; pero jamás le preguntarían si deseaba o no casarse y mucho menos si deseaba o no ser madre, pues consideraban que una cosa llevaba a la otra.

Aunque nunca se lo había comentado a nadie, un poco por vergüenza y un poco por temor a ser juzgada, en varias ocasiones se había preguntado ¿Por qué era así? ¿Por qué una mujer no debía negarse a ser madre? Por qué todos les repetían a las mujeres desde muy jóvenes que si “hacían algo malo” debían “hacerse responsables” y que el bebé no tenía la culpa de sus tonterías… pero sobre todo, jamás entendió ¿por qué debía tener culpa por algo que ella no sentía que fuera “malo”?… se los habían dicho tantas veces que incluso entre amigas repetían estas frases como un discurso bien aprendido; aunque ella estaba segura que más de una pensaba diferente.

… y entonces, sin saber cómo rondó en su mente una frase de aquel poema que tanto le había gustado: “Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere”… otra vez un escalofrío recorrió todo su cuerpo… sabía que la juzgarían, que tendría que enfrentarse a las miradas y las críticas de las personas cercanas, pero tenía muy claro cuál era su mejor opción… y estaba segura de que hacía lo que mejor podía hacer en ese momento y bajo esas circunstancias… pues ella simplemente no estaba preparada para ser madre.

Tal vez se lo contaría a todos para que entendieran que estaba contenta con su decisión… tal vez sólo se lo diría a una amiga que pudiera mantener el secreto… tal vez, simplemente buscaría la manera de hacerlo y guardaría en su mente el recuerdo de lo que pasó… esto aún no lo sabía, lo que sí sabía era que había tomado una decisión…

Martha Pedraza. Licenciada en Trabajo Social, he trabajado en Asociaciones Civiles enfocadas a la promoción de los derechos sexuales y reproductivos principalmente de los jóvenes, equidad de género y empoderamiento de las mujeres. Desde hace muchos años me gusta escribir y me interesa continuar escribiendo sobre derechos de las mujeres y los jóvenes.

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Jamás pensé que yo sería la protagonista de esta historia. Por Nancy Rodríguez https://www.laquearde.org/2015/07/16/jamas-pense-que-yo-seria-la-protagonista-de-esta-historia-por-nancy-rodriguez/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/jamas-pense-que-yo-seria-la-protagonista-de-esta-historia-por-nancy-rodriguez/#respond Thu, 16 Jul 2015 19:51:22 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3544 LUNES 09 de Marzo Desperté adolorida, fui al baño y pensé que todo empezaría, lo extraño fue que no sucedió así, me asome a la wc y no había rastro de nada. Quizá la pastilla del día siguiente había retrasado mi ciclo. MARTES 10 de Marzo Amanecí con un dolor extraño en mi ovario derecho, …

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LUNES 09 de Marzo

Desperté adolorida, fui al baño y pensé que todo empezaría, lo extraño fue que no sucedió así, me asome a la wc y no había rastro de nada. Quizá la pastilla del día siguiente había retrasado mi ciclo.

MARTES 10 de Marzo

Amanecí con un dolor extraño en mi ovario derecho, era como si algo me estorbará. Fui al baño y al asomarme nuevamente no había nada. Andrea, Nayelli, Javier y Tomás ya sabían de la situación. Todo mundo me decía que era estrés.

MIERCOLES 11 de Marzo

Era un tormento ir al baño y no ver una gota de sangre, pero había señales había un poco de flujo extraño, eso me decía que ya por fin bajaría. Por fin llego a mi mente, esa duda…

“Sería el colmo que yo estuviera embarazada de ese pendejo, de alguien a quien yo no amaba, de un ser que consideraba miserable y que solo me había utilizado como mujer”.

El seguía buscándome, cuando la semana pasada yo había decidido alejarme de él, me tenía harta. Mandaba sus mensajes en los que decía que se quería suicidar y no le importaba si a mí ya me había bajado.

JUEVES 12 de Marzo

Tenía 4 días de retraso. Fui con Tomás a mi casa por un té.

-¿No mames y si estas embarazada, qué vas a hacer? – comentó tomas

– Eso no puede pasar Tomás, qué voy a hacer yo con un bebé y sola- comenté mientras lloraba.

– Mira Cristal tu estas joven, aún tienes un futuro por delante, vas a crecer mucho, no puedes ser mamá… ¿Lo piensas abortar?- comentó Tomás.

VIERNES 13 de Marzo

Desperté vi la hora y eran las 7:20. Me detuve frente al espejo y me toque el vientre, seguía el dolor. Le pedí a Dios que no fuera a ser lo que todos pensaban.

El primer piquete de tantos llego. Me senté en la sala, mientras esperaba a Javier. Llegó la enfermera, me dio un sobre blanco con los resultados. Mis piernas temblaban y de pronto sentí un dolor terrible en la boca del estómago, al voltear el sobre, apareció la palabra que destrozo todo mi ser.

RESULTADO: POSITIVO

Sentí como mi corazón se hacía en mil pedazos, el dolor en mis ovarios comenzó más fuerte, la piel hervía, comencé a aventarme mientras Javier me sostenía en sus brazos tratando de abrazarme y tranquilizarme.

Esa era la causa del dolor en mis ovarios, algo estaba ahí. Me subí a un taxi con rumbo a mi casa junto con Javier. Entré a mi recamará azoté todo, me golpee el vientre y lloré, grité mucho.

-¿Por qué yo? ¿Por qué a mí me había pasado eso? No puede ser que esté embarazada de ese pendejo, soy una estúpida- me insulte en varias ocasiones.

Busque en internet información de la interrupción de un embarazo. Encontré bastantes clínicas en el DF donde realizaban el proceso. Llame a mis amigos: Andrea, Nayelli y Tomás para darles la noticia, todos emitieron su opinión.

¡NO VOY A TENER A UN BEBE QUE NO QUIERO! ¡NO DE UNA PERSONA QUE NO AMO! ¡MALDITO EL MOMENTO EN EL QUE FUI TAN ESTÚPIDA AL NO CUIDARME! – grité mientras lloraba.

MIÉRCOLES 25 DE MARZO

Me levanté temprano para ir al IMSS me mandaron a al área de tococirugía por una amenaza de aborto. Me hicieron un ultrasonido vaginal:

-Mira aquí está tu bebe esta bien, tienes 4 semanas y algunos días.

¡NO QUIERO VERLO! – mientras exploté en llanto, me quité de la camilla y me senté.

-No quieres tenerlo verdad y por eso lloras así, te advierto que si no lo tienes y lo abortas te vas a volver loca, las mujeres que hacen eso se suicidan después.

Salí del IMSS corriendo a mi trabajo, ya había escuchado suficiente.

JUEVES 26 DE MARZO

El estrés seguía presente. Por eso mismo Alejandro me preguntó:

-¿Qué es lo que te ha estado pasando últimamente? Te noto rara, triste, tensa y preocupada. Dime qué te pasa… ¿Estás embarazada?

-¡SI! ¡PERDONAME POR FAVOR! ¡PERDONAME, PERDONAME!- Le contesté.

Me solté a llorar mientras el acariciaba mis manos. Agaché la cabeza no sabía cómo mirarlo a los ojos.

-¿Quién es el papá, es con quién salías? ¿El ya lo sabe?

-Si es él y no quiero que lo sepa. ¡NO QUIERO TENERLO! – Le contesté.

-Antes que nada quiero que sepas que la decisión que tu tomes yo te voy apoyar, si tú lo quieres tener, podemos registrarlo a mi nombre, si no quieres tenerlo yo voy a estar ahí para cuidarte… ¡NO VOY A DEJARTE SOLA EN NINGÚN MOMENTO!

Me repitió esto una y otra vez.

VIERNES 27 DE MARZO

Desperté y Alejandro llegó al momento con un plato de fruta picada y unos hot cakes.

-Te prometí que la próxima vez que durmiera a tu lado te haría de desayunar con mucho amor-

Llegué a un acuerdo con Alejandro, ir a mi ginecóloga de cajón antes de ir al DF.

Lizeth nos recibió. Al conocer mi situación me apoyo. Me pidió realizarme un ultrasonido.

SÁBADO 28 DE MARZO

Llegamos con la doctora Lizeth a su consultorio con el estudio.

-Si procede realizar el proceso con medicamento. ¿Qué decides Cristal?-

Con lágrimas en los ojos y un nudo en el estómago le dije que si haríamos el proceso. Me coloque sobre la camilla en posición de parto, introdujo en mi la pastilla “misoprostol”. Me cambie y nos dio nuevas indicaciones.

El infierno ardía pero parecía que apenas las llamas comenzaban a quemar con todo su esplendor. Eran casi las 8 de la noche cuando comenzó a darme mucho calor, en cuestión de minutos me revolcaban de dolor. Mi temperatura era de 39°C, fiebre que buscó controlar Alejandro con trapitos y agua fría.

Mi amigo Tomás llegó. Me levanté como pude al baño, las contracciones eran cada vez más fuertes y sentí como descendía algo extraño.

-¡SANGRE, SANGRE!- Gritaba mientras lloraba y temblaba de miedo.

La doctora nos pidió conservar todo para poder verificar que el proceso terminara. Hay recuerdos en mi mente en los que pedía ver a mis papas, hasta que perdí el conocimiento de lo que decía. Cuando reaccioné me encontraba rezando y sostenía en mis manos un rosario junto con una cadena de mis padres.

Fui a revisión con la doctora, el cuello de mi matriz ya estaba cerrado.-

Todo salió muy bien Cristal, vamos a continuar con medicamento únicamente para el dolor y esto habrá terminado en un par de días-

JUEVES 16 DE ABRIL

El sangrado era mayor, me hice un ultrasonido urgente nuevamente.

VIERNES 17 DE ABRIL

Llegué a la clínica y otras palabras perturbadoras llegaron a mis oídos.

-Tiene restos de un embarazo, esto es un aborto incompleto. ¡NECESITA URGENTE UN LEGRADO!-

Todo me había salido mal. Lloré y esta vez estaba encabronada con la doctora.

Llegamos a la clínica, me revisó y confirmo lo que yo ya sabía. Jamás pensé ser testigo de la clandestinidad de estos procesos, entré a la clínica y no hubo registro de mí en el hospital. El anestesiólogo llegó y colocó su medicamento, sentí como todo se movía muy rápido. Vi como la doctora junto con el enfermero se movían rápidamente.

-¡Cristal despierta, Cristal! ¡Ya todo termino!- La doctora tomaba mi mano mientras me hablaba.

Abrí mis ojos lentamente, no sabía en qué momento me había quedado dormida.

-¿Ahora si todo termino?- pregunté con voz tartamuda.

-Si Cristal, todo está bien. Nada salió mal y todo se hizo con instrumentos esterilizados.

Claro para ella fácil decirlo, cuando la que había sufrido ya 2 veces este proceso era yo. La doctora me acompaño afuera junto con Alejandro y Javier, le pagué la mitad del legrado, no había conseguido el total. Era obvio que ella tenía que cobrar por el servicio completo, pesé a su fallo del primer proceso. Sin embargo, algo me decía que había sido atendida por una persona sin experiencia por eso había llegado hasta ese quirófano.

Llegué a mi departamento junto con Alejandro y me recosté me sentía cansada, ese día en mi mente parece confuso como si mucha niebla lo cubriera y no me dejará ver nada.

MARTES 21 DE ABRIL

Llegamos a cita con la doctora, me reviso y las cosas parecían estar mejor, el sangrado era mínimo. Yo la miraba con molestia a la doctora, pese a que ella quería ser amable conmigo y buscaba hacerme sonreír.

Días antes me enteré por otra ginecóloga y una fundación que el proceso de medicamentos había estado mal hecho, que la dosis que ella administró estaba incorrecta, no era ni la mitad de lo que yo debía tomar, por eso las cosas habían salido mal. Ahora entendía todo, confíe en quien no debía.

ULTIMOS DÍAS DE ABRIL

Se había acumulado el trabajo, lo cual no me permitió darme cuenta que el sangrado había desaparecido, que el dolor abdominal era escaso, seguía ahí pero ya no era igual.

Había días en los que recordaba todo con exactitud como una película personalizada en mi cabeza, sin embargo ya no producía llanto, sólo tristeza momentánea. Siempre estuve en contra de este proceso pero sabía que las cosas habían sido mejor así, aunque fuera lo más difícil que había hecho en mi vida, no me sentía mal pero tampoco bien. Busco las palabras correctas y no logro plasmarlas aquí.

Sé que hoy estoy bien, que quiero ser madre a futuro, tengo planes de crecimiento laboral, profesional y familiar.

DIAS DE MAYO

Hoy me encuentro compartiéndote esto, no solo para que te cuides, sino para que sepas buscar ayuda, la que sea correcta para el bienestar de tu salud. Tú eres dueña de tu cuerpo, tú decides qué hacer, sólo recuerda cuidarlo a diario y no cuando el daño ya esté hecho.

Screenshot_2015-05-22-16-14-26-1Nancy Rodríguez. Mercadóloga de profesión, escritora por pasión. Soñadora y apasionada ante los retos. Enfurecida con sus propios prejuicios. Hoy arde porque fue víctima de la clandestinidad que existe entorno al derecho a la no maternidad, arde por los señalamientos que sufrió al tomar sus propias decisiones. Hoy su llama seguirá ardiendo para destrozar cualquier miedo y luchar ante todo por nuestros derechos.

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Lo que me jode. Por Carne Roll https://www.laquearde.org/2015/07/16/lo-que-me-jode-por-carne-roll/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/lo-que-me-jode-por-carne-roll/#respond Thu, 16 Jul 2015 19:44:59 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3580 Provengo de una familia 1000% sexista, crecí con ideas viejas en las que yo debía siempre portarme bien, ser una niña educada, limpia y siempre tener la disposición de atender a los demás. Aunque me encantaban las muñecas más me encantaba correr, subir, bajar y revolcarme en la tierra creyéndome Xena, la princesa guerrera. Amaba …

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Provengo de una familia 1000% sexista, crecí con ideas viejas en las que yo debía siempre portarme bien, ser una niña educada, limpia y siempre tener la disposición de atender a los demás.

Aunque me encantaban las muñecas más me encantaba correr, subir, bajar y revolcarme en la tierra creyéndome Xena, la princesa guerrera. Amaba andar por ahí con la ropa sucia, me sentía diferente a las otras niñas y eso me gustaba hasta que me comparaban con ellas. Me dolía en gran medida que mi madre y otras personas me dijeran lo bonita que era única y exclusivamente cuando usaba vestidos. Me gustaban pero lo que odiaba era que me sentía todo el tiempo observada. Todo el tiempo me decían que debía sentarme bien, cruzar las piernas en vez de abrirlas. Eso me jodió todo, desde muy niña ésta clase de cosas hicieron que comenzara a temer por mí y por mi cuerpo.

A los 12 años junto con una fuerte infección me llegó la santísima y naturalísima monstruación. Mi madre se enojó porque yo no me había dado cuenta, para mí eso era una enfermedad, ¡una hemorragia! y por eso lloré del susto. Mi padre se burló de mí y tiempo después eso le causaba repulsión.

Con ella mi cuerpo cambió, se engrosó y fui objeto de burlas en las que se hacía alusión al tamaño de muchas partes de mi cuerpo y ahí estaba, observada otra vez.

Como sea de niña tenía muñecas de esas que simulan ser bebés y me gustaba cuidarlas y darles de comer con sus mamilas mágicas (una blanca para la leche y otra naranja para el jugo) pero… aún así, yo no recuerdo mucho haber querido hinchar mi vientre y pujar para dar a luz; aunque fuera en juego yo recuerdo que era común para mí tener la idea de ser una mamá profesionista, independiente y con poco tiempo para sus hijos, incluso alguna vez jugué a ser una madre adoptiva y no tenía ni diez años aún.

¿y con todo eso qué?

Quiero decir que hay cosas que odio, ODIO de verdad. Me convencí con el tiempo y la maravillosa información sobre estudios de género y la libertad de elección de que la idea de ser una “madre abnegada” no era para mí. No me veo limpiándole los moquitos a nadie ni arrullándole. No me gusta ni cargarlos porque cuando lo hago lloran y hasta ellos mismos saben que no se me da eso.

Me pregunto muchas veces por qué las personas tienen hijos. Soy alguien que observa el comportamiento. Me enoja mucho ver a las madres gritándoles a sus hijos en las calles y no puedo con las miradas asesinas que las mujeres que acaban de parir le tiran a sus maridos y mucho menos con su clásico “Tú a mí no me vuelves a tocar, cabrón”; obviamente parir no es cualquier cosa y están muy en su derecho de odiar al mundo si ellas quieren pero deberían saber que el dolor y el trabajo son más grandes de lo que se imaginan.

Me jode que las parejas no sepan llevar sus relaciones, que no entiendan que hay etapas en la vida matrimonial y que tener hijos no es sinónimo de olvidarse de sí mismos para dedicarse en cuerpo y alma a otro ser humano para luego divorciarse.

Me jode que, la gente no preparada tenga hijos para después culparlos por todo lo que no pudieron hacer en esta vida debido a que tuvieron que cuidarlos.

Me jode que piensen que tener un hijo será la razón para darle un significado a su vida y a hacer muchas cosas. SÍ, en efecto, harán muchas cosas pero lo harán de mala gana.

Me jode que las madres digan que ya no soportan a sus hijos y más me jode que digan que tener hijos es lo más bonito de la tierra, esto, es un deseo egoísta porque se enorgullecen de ver crecer al hijo ideal quien, al final, no será como se lo esperan.

Me joden los que están en contra del aborto diciendo “es una vida y tiene derechos”, cuando es cuestión de probabilidades puesto que no sabemos si esa vida tendrá la fortuna de nacer en una buena familia o en una en la que sufra maltratos constantes debido a la falta de recursos de todo tipo.

Me joden las ideas sobre establecer “un vínculo más fuerte” teniendo hijos cuando quizá no están con la persona correcta.

Y me jode que la vecina le grite a sus hijos como si fueran animales.

Todo esto suena a queja (mientras lees esto supongo tu cara de asco) y sí lo es pero no es gratis. Es lo que he vivido todos estos años tanto en mi familia como en mi vecindario o es lo que veo a diario cuando viajo en el transporte público.

Así que, después de este rollo tan grande por supuesto que yo no me quiero embarazar, la simple idea me asquea y me perturba. YO QUIERO LUCHAR POR MI DERECHO A LA NO MATERNIDAD.
Quiero que la gente deje de mirarme, apuntarme y decirme que con el tiempo ya cambiaré de opinión, que está en mi naturaleza y que algún día querré hacerlo.

Quiero que se me respete y no se me involucre con la mayoría.

Fue horrible el día que llegué al médico por mis resultados de azúcar y colesterol. Le dije que iba por lo del análisis de sangre y él inmediatamente viendo mi edad peguntó “¿EMBARAZO?”

Grité para mis adentros ¡cómo se atrevía el muy hijo de puta a decirme eso a mí, A MÍ!

En fin, qué le vamos a hacer, es muy triste que lo más común para ellos es ver entrar a jóvenes de los 14 en adelante por esa misma razón.

                                                      

Carne Roll. Queer y de intereses extraños, arde por vivir en una sociedad respetuosa donde se eduque tanto a hombres como a mujeres sobre las mismas cosas y no en donde a las mujeres se les indique cuidarse como presas de animales grandes.

https://huevoestrellado.wordpress.com

 

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Y en el principio fue el sexo. Por Silvia Azcanio-Cruz https://www.laquearde.org/2015/07/16/y-en-el-principio-fue-el-sexo-por-silvia-azcanio-cruz/ https://www.laquearde.org/2015/07/16/y-en-el-principio-fue-el-sexo-por-silvia-azcanio-cruz/#respond Thu, 16 Jul 2015 19:03:36 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3550 Yo creo que hay dos cosas que son cien por ciento naturales: la mujer, de la cual nace la especie, y el sexo, mediante el cual viene la progenie, como si dijéramos en el principio fue el sexo, lo que significa que tener sexo es algo connatural a nuestra la especie.. So? Que parece que …

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Yo creo que hay dos cosas que son cien por ciento naturales: la mujer, de la cual nace la especie, y el sexo, mediante el cual viene la progenie, como si dijéramos en el principio fue el sexo, lo que significa que tener sexo es algo connatural a nuestra la especie.. So? Que parece que muchas no lo ven así; según mi modesta opinión si hay algo que en la mujer latina falla es que no se decide a asumir su sexualidad.

Es cierto que somos seres complejos, con emociones y sentimientos, pero hay ocasiones en que lo único que se desea es un saludable revolcón con un atractivo miembro del otro sexo sin que haya consecuencias emocionales o de otro tipo, sólo placer.

No digo que no haya mujeres que no se acuesten con desconocidos o con conocidos que no les interesan más allá de pasar un rato súper sexoso, pero muchas sienten la feroz persecución de la culpa, que las hace sentirse de menor valor respecto de las que no lo hacen. Como se dice por allí, no son ellas, sino la cultura patriarcal en la que están insertas: el patriarcado, que por su misma naturaleza necesita tener sometida a la población no masculina, y para ello ha inventado reglas, honores y limitaciones. Los hombres del patriarcado han maniobrado para que lo que es natural, como el sexo, se convierta en un acto entre dos, con mayores obligaciones para la parte femenina y todas las ventajas para la masculina.

Pienso que el sistema conocido como patriarcado se fundamenta en oprimir a todos los que no sean hombres (blancos de preferencia), despiadados, ambiciosos y, si se puede, ricos. Es fácil comprender que este sistema se nutra de la esclavitud: de los animales, de los negros, de los indios, de los pobres, de las mujeres, pues tasa a las personas, les asigna un valor según convenga a los intereses del grupo dominante.

A nuestro sexo, sólo por contar con vagina y pechos, se le confinó a la categoría de disponible en dos modalidades: madre o esclava sexual. En el patriarcado la propiedad tiene categoría de dios, para heredarla el varón debía estar seguro de que la legaría a sus descendientes, como él no se veía capaz de mantener quieto su aparato genital, le resultó natural que fuera la mujer la encargada de preservar la honra y la certeza del linaje. Para que esta guardiana fuera en efecto la apropiada, se le enseñó a reprimir su sensualidad, su goce sexual, a pensar y asumir como propio que si veía a otro hombre con deseo, pecaba, cometía un acto sucio. Las grandes religiones han colaborado grandemente de manera que tal ideología incidiera en la mujer, la que quedó claramente en posición de inferioridad. La propiedad privada privatizó la vagina y la descendencia que por ese conducto se procreara.

Las leyes civiles dictaminaron que la mujer era propiedad del hombre, y las grandes religiones convirtieron esa posesión en decreto divino, que su misión en esta vida era tener todos los hijos que Dios le mandara, y que sólo las mujeres indecentes sentían placer.

Para controlar con eficacia a la mujer, se legislaron todos sus actos, a quién pertenecía y hasta la moral que debía vestir, y para rematar la hicieron depositaria de perpetuar la mentalidad que garantizaba su esclavitud. Así nació la mujer intachable, inflexible en su protección del honor familiar, dúctil para ser guiada por el varón.

El sexo se convirtió en una actividad sucia por la que había que pagar o por la que habían que pagar; para este fin sirvieron las cautivas, las pobres que no podían aportar dote, las que no tenían quién las defendiera, las que salían al camino, las otras, y en ocasiones las que habitaban la casa desempeñando papeles domésticos o, incluso, las hijas o las sobrinas. En las guerras de conquista, tomar las mujeres de los vencidos era el signo más evidente de imposición y triunfo. La madre de los hijos fue colocada en un pedestal. ¿Qué se logró con esto?, que la mujer careciera de conciencia de sí misma, de que se pertenecía y de su importancia en el mundo.

Hoy en día se sabe que somos diferentes y parecidos, que tenemos habilidades que ellos no tienen, y viceversa. Es fácil ver mujeres desempeñando casi cualquier tipo de profesión, incluida la sanguinaria tauromaquia y actividades concernientes al crimen organizado, y que muchas veces se desempeña con notable talento o profunda maldad o mediocridad, según sea su carácter, que es distinto en cada caso, como lo es el del hombre, pero ni siquiera tales demostraciones del poderío femenino logran liberarla del temor de ejercer su sexualidad, es decir de ser libre.

Como dijo alguien por allí: la verdad te hará libre, y la verdad es que las mujeres somos seres sexuados con una inmensa capacidad de disfrutar. Se pensaría que todas queremos gozar ese paraíso, disfrutar ese don de Natura, pero la mujer aún tiene que luchar contra sus propios prejuicios, contra los de los demás, contra “su destino manifiesto”.

Es común que las mujeres quieran darle al varón la impresión de que no han tenido una vida sexual activa porque, y si una comete el dislate de contarles algo, los celos se instalan en la relación como una mina antipersona, y la verborreica desciende en la escala jerárquica por no ser impoluta… La necesidad de ser aceptada socialmente hace que la mujer esconda su vida sexual, la niegue, a nadie le gusta que la llamen puta, o a casi nadie.

Pero más importante sería que en la mujer quedara clara la idea de que en ella la sexualidad es un don que puede usar como mejor le venga en gana. Que tomar esa decisión, y ejercerla, le da poder.

Como en los inicios de la vida, cuando la dama de la especie tenía sexo con cualquiera, no había remordimientos, sino seguridad en que era algo natural; la mujer se dedicaba a la recolección y a criar hijos de quien fuera, pues no había forma de evitar la preñez excepto en los casos de esterilidad. Ninguna mujer que anduviera desnuda por la vida podría pensar que aparearse estuviera mal o el que ella gozara fuera en contra de la vida, sabía que podía elegir con quién quedarse, y hacerlo. O no hacerlo. La libertad es así.

De los últimos intentos del patriarcado por seguir dominando a la mujer está el acorralarla para que tenga hijos, la “máxima realización de una mujer”…

Durante milenios la mujer se vio constreñida a tener los hijos de que quedara embarazada o a morir en el empeño. Durante milenios la mujer que no tuviera descendencia fue vista como maldita por los dioses y ni que decir tiene que era excluida, algo muy feo, con un poder inmenso para doblegar voluntades dado que a casi nadie le gusta estar solo o aparte de algunos seres humanos. Y, con todo, algunas prefirieron el ostracismo, ser consideradas putas o cualquier cosa tachable antes que renunciar a ellas mismas. En todos los tiempos ha habido mujeres que lucharon por sus placeres, por sus vocaciones, por sí mismas. Así que ahora debe resultar un poco menos arduo reincorporar a nuestras vidas la capacidad de decidir sobre nuestra sexualidad y el número de hijos que deseamos o no deseamos tener.

Será porque somos muchos sobre el planeta, será porque los niños son tan lindos cuando se los lleva su mamá, será el sereno y dos faroles, cada día son más las mujeres y sus parejas que deciden no tener hijos. No les gustan, punto. Son mujeres que no se creen ese cuento de que tener un hijo es la máxima realización de una mujer. Conozco muchas parejas que prefieren adoptar a un perrito que tener un hijo. Y no es que esté mal tenerlos, después de todo así se perpetúa la especie… sólo que ya no todos quieren dejar que su semilla se florezca ad infinitum. Y está bien. Puede ser que se trate de la respuesta de la Tierra para deshacerse de una especie tan perniciosa como la nuestra. Lo que cuenta es que hoy en día tú, yo, muchas podemos y queremos decidir qué huella dejar en el mundo. Yo tengo un par de libros que a la mejor nadie, nunca, lee, pero que yo escribí con mucho entusiasmo y ganas de contar una historia y que hacerlo me ha proporcionado un placer incomparable. Tengo varias perritas que rescaté de la calle, a las que he cuidado con amor y cariño. Que nadie piense que tengo perritas porque no puedo tener hijos, claro que puedo, de hecho, tuve una, consecuencia directa de un inepto dispositivo intrauterino para evitar la concepción. La gestación y nacimiento de Cynthia fueron de los acontecimientos más memorables de mi vida, al igual que lo fue su muerte. Mi hija fue un hito en mi vida, después de ella mi ser ni siquiera me planteé la posibilidad de tener más. No quería y no quise más hijos, nunca fue mi meta, simplemente tener un hijo no está en mi esquema mental. Lo comprobé la segunda vez que me embaracé y de inmediato pensé en abortar, lo cual hice sin que hubiera poder humano que me convenciera de dar marcha atrás. No me arrepiento de haber tomado esa decisión.

Me parece que la maternidad ha dejado de ser la meta de muchas mujeres, quienes prefieren realizarse profesionalmente o no, tener muchos hombres o no, dedicar su vida a una causa noble o no, ganar mucho dinero o no. Hacer los que se les da la gana, en suma. Y eso está bien, muy bien. Pero también la mujer debe reapropiarse de su clítoris, ser responsable de su placer, entender que ni su vagina ni su matriz son bienes comunitarios, y que ella puede conducirlos a la cima o a la sima o a puntos intermedios.

Creo que las mujeres aún tenemos mucho que experimentar acerca del disfrute verdadero de la sexualidad, de la capacidad de elegir. La vida es variada, intensa, aburrida, triste, apasionada, de mil facetas. La libertad de decidir, la conciencia de ser nuestras únicas “propietarias”, puede hacer de nuestra existencia una aventura en la Tierra.

Silvita bonitaSilvia Azcanio-Cruz. Escribo cuentos para niños y una que otra novela para adultos. Estudié y me titulé en Letras italianas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Nací en la ciudad de México.

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