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El mito de mitos: “La princesa de papá está segura en casa”

En México la mayoría de los abusadores sexuales está en casa.
Hasta hace relativamente poco, cuando alguien decía la palabra “violador”, yo dibujaba en mi mente la imagen de un tipo 1) desconocido; 2) “enfermo”; 3) siniestro, oculto entre las sombras de un callejón, esperando agazapado a su siguiente víctima. Probablemente esto tenga que ver con la caracterización que, con demasiada frecuencia, se hace de los violadores en telenovelas, series televisivas y películas: por lo común los personifican como hombres “muy malos” o siniestros, a menudo marginados de la sociedad (“Ojo por ojo”, con Kiefer Sutherland, “Desde mi cielo”, con Stanley Tucci, “Irreversible”, con Monica Bellucci). Las estadísticas, sin embargo, me han ayudado a elaborar una concepción más objetiva sobre los abusadores sexuales.

El Informe Nacional sobre la Violencia y la Salud en México, elaborado por la organización civil Ipas Salud, por ejemplo, reveló que aunque, en efecto, “un número importante de casos de abusos sexuales y violaciones se dan por uno o varios desconocidos, en diversos lugares, como la calle, los parques o el transporte público”, resulta que “la mayoría de los casos de violencia sexual […] suceden en el seno de la propia casa y son perpetrados por familiares (padres, padrastros, hermanos, tíos, primos), hombres conocidos (vecinos, compadres) o gente ‘de confianza’ (amigos)”. Así, de acuerdo con este informe, el 70% de los agresores son familiares que abusan de mujeres, niñas y niños en el hogar; el padre en el 7.2% de los casos; el padrastro en el 8.2%; algún otro familiar (tíos, primos u hombres conocidos como los vecinos, los compadres, etc.) en el 55.1%; y el novio en el 3.4%” (1).

Por otro lado, estudios generados por el Programa de Atención Integral a Víctimas y Sobrevivientes de Agresión Sexual, coordinado desde la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con base en el seguimiento de 100 casos de abuso sexual a niñas y niños, revelaron que el 95% de los agresores eran conocidos de la víctima, y que, de éstos, el padre o el hermano mayor fueron los agresores en el 19% de los casos, y primos o tíos en el 34% de los casos (2).

“Eso me pasó cuando tenía 5 años con un hermano de mi mamá, así que aguas…”, confesó hace poco una contacto en su perfil de Facebook. Las hijas adoptivas de 10 y 8 años de una conocida fueron abusadas sexualmente por su padrastro y su tío respectivamente. Entre las figuras públicas, Eve Ensler, creadora de “Los monólogos de la vagina” y Dylan Farrow, hija adoptiva del encumbrado cineasta Woody Allen, entre otras, tuvieron el valor de confesar que fueron víctimas de abuso sexual a manos de sus padres.

Princest

En resumen, los abusadores sexuales están entre nosotras, dentro de nuestras familias, disfrazados de hombres respetables, y no son enfermos, son hijos sanos del sistema del que han decidido adoptar el abuso y la impunidad como moneda de cambio: el patriarcado.

El silencio de las víctimas por miedo y vergüenza, la negación de algunas madres, y las amenazas, los principales protectores del abusador sexual

La sicóloga Carolina Malebran lo explica así: “Dentro del tema del abuso sexual, existen varios mitos, entre los que se encuentra el de ‘mis hijos nunca han sido abusados ni lo serán’”. Éste, explica la experta, “es el primer problema con el que nos encontraremos a la hora de detectar un posible abuso, ya que nos cerramos a escuchar o ver las señales que nos podrían enviar nuestras(os) pequeñas(os) en relación a este tema” (3).

En una sociedad donde lo relacionado con la sexualidad es vergonzoso, y las víctimas de abuso sexual son revictimizadas al ser estigmatizadas y sistemáticamente responsabilizadas por el ataque del que fueron víctimas, la reacción lógica es el silencio.

El DIF en su Protocolo de atención a niñas, niños y adolescentes víctimas de explotación sexual comercial (4) explica: “La mayoría de las niñas y niños que están siendo víctimas no se lo cuentan a nadie porque creen que la gente va a pensar que no es verdad. A veces desconocen incluso el vocabulario necesario para hablar sobre el tema y por lo tanto no pueden expresarse adecuadamente”. Para agravar la situación, según señala la Maestra en Salud Pública Amy Scholten, frecuentemente los abusadores sexuales convencen a sus víctimas de que deben mantener la agresión en secreto (5).

Las señales

De acuerdo con la organización Stop It Now para la prevención del abuso sexual de menores, las señales físicas de abuso sexual no son comunes (6). Sin embargo, Scholten señala que entre ellas se encuentran:

– Dificultad para caminar o sentarse.
– Enrojecimiento, dolor, sangrado o hematomas en la parte externa del área genital o anal.
– Secreción inusual que sale de la vagina o ano.
– Frecuentes e inexplicables infecciones urinarias o dolores de garganta.

La Red Pública Nacional de Delincuentes Sexuales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (7) señala los siguientes comportamientos como signos de advertencia de posible abuso sexual en niñas y niños:

– Tiene pesadillas u otros problemas para dormir sin ninguna explicación.
– Parece distraída(o) o distante.
– Presenta un cambio repentino en sus hábitos alimenticios.
– Presenta trastornos en la alimentación (de pronto no tiene apetito o tiene mucho apetito).
– Tiene problemas para tragar.
– Presenta cambios repentinos en su estado de ánimo: furia, miedo, inseguridad o retraimiento.
– Da pie a iniciar conversaciones sobre temas sexuales.
– Desarrolla un miedo inusual o nuevo en relación con ciertos lugares o personas.
– Se rehúsa a hablar acerca de un secreto compartido con un adulto o un niño mayor.
– Escribe, dibuja, juega o sueña con imágenes atemorizantes o sexuales.
– Habla de un nuevo amigo mayor.
– De repente tiene dinero, juguetes u otros regalos sin motivo alguno.
– Piensa que es repulsiva(o), sucia(o) o mala(o), o considera que su cuerpo lo es.
– Exhibe conocimiento, lenguaje o comportamientos sexuales semejantes a los de un adulto.
– Exhibe un comportamiento seductor o interés inapropiado a la edad en asuntos sexuales.
– Se resiste a ir a cierto lugar o a quedarse con cierta persona.
– Aparecen trastornos en su forma de dormir (tiene pesadillas, se orina en la cama, teme dormir sola(o), necesita una luz encendida durante toda la noche, etc.).
– Siente nuevos temores y necesita que se le tranquilice mucho más que antes.
– Retorna a un comportamiento inmaduro, como de bebé.
– Baja su rendimiento escolar y cambia su comportamiento social.
– Tiene miedo a quitarse la ropa o se viste con capas extra.

Tómala/o con seriedad

En caso de detectar que una niña(o) ha sido víctima de abuso sexual, reaccionar adecuadamente es sumamente importante para poder brindarle un verdadero apoyo.

La especialista Amy Scholten recomienda tomar las siguientes medidas:

– Mantenga la calma. Si muestra enojo o repugnancia, la niña(o) lo podría tomar personalmente.
– No entre en pánico ni se exalte. Ésta es una experiencia difícil y la niña(o) necesita ayuda y apoyo.
– Tome en serio lo que le diga. Es muy raro que una niña(o) mienta sobre un abuso sexual.
– Escúchela(o) cuidadosa y compasivamente; responda sus preguntas honestamente.
– Sea positiva(o). El abuso infantil nunca es culpa de la niña(o). Tranquilícela(o) diciéndole que no tiene la culpa de lo que le sucedió.
– Dígale que está orgullosa(o) de ella (él) por hablar de ello. Déle mucho amor, confort y consuelo.
– Respete la privacidad de la niña(o). No la/lo presione para que hable sobre el abuso: hablará de lo ocurrido cuando lo sienta oportuno. No discuta el tema en frente de personas que no necesitan saber al respecto.
– Si existen lesiones físicas, daños o enfermedades a consecuencia del abuso, lleve a la niña(o) a que le practiquen exámenes médicos.
– Obtenga apoyo de distintas fuentes de información, como pediatras o profesoras/es de la niña(o).
– Permita que la niña(o) hable sobre el abuso.
– No la/lo enfrente con su agresor. Esto podría causarle mucho daño y angustia.

Prevención

La psicóloga Ángelica Marín, especialista en temas de protección de derechos de las niñas y niños, presenta aquí pautas muy claras sobre cómo tratar el tema del abuso sexual en familia (8).

-Insertar el tema del abuso sexual en las indicaciones de seguridad
El tema del abuso sexual no debe abordarse como algo aislado, sino dentro de un contexto en el cual la niña(o) debe estar atenta(o). Debe incluirse dentro de las reglas de seguridad familiar, junto con las recomendaciones sobre cómo cruzar la calle o la de no hablar con desconocidxs.

-Autoestima
Cuanto mejor autoestima tienen niñas y niños, más saben lo que quieren. Por ejemplo, es más claro que van a pedir ayuda si sienten que alguien las/los está observando de manera extraña. La autoestima se desarrolla con pequeñas frases, como “¡qué bueno lo que hiciste!”, o “me interesa lo que dices”: a través de ellas niñas y niños internalizan que lo que dicen tienen valor, que están siendo consideradas/os.

-Asertividad, pensamiento hablado
Esto debe ir acompañado de asertividad, es decir que lxs niñxs aprendan a decir lo que están pensando. Que digan, por ejemplo, no me gusta cómo me saluda tal o cual persona. Hemos observado que una niña(o) que habla de lo que piensa o siente está más autoprotegida(o), que la niña(o) más tímida(o) e inhibida(o).

-Reconocer la corporalidad y los límites con los otros
Tiene que ver con tener permanentemente en la cintura un ula-ula imaginario que marca una cierta distancia con la gente, y que solemos mantener en situaciones de normalidad. Niñas y niños deben sentirse seguros en ese espacio, esto les permitirá identificar más claramente las sensaciones de incomodidad: “esa persona se me acercó o me saludó de una manera que no me gusta”.

-Hablar del abuso sexual sin asustarlas/los
Es importante explicarles a niñas y niños que es correcto decirle NO a parientes cercanos, familiares y amigos de la familia, que no necesariamente porque sea un adulto y/o familiar tienen que obedecerle ciegamente. Solemos decirles a niñas y niños que no hablen con extraños, pero también tenemos que protegerlos de los adultos conocidos. Por ejemplo, es importante pedirles que si alguien trata de tocarles el cuerpo o les hace sentir incómodas/os, lo cuenten inmediatamente a sus padres o a alguna adulta(o) de confianza.

Otras medidas importantes incluyen (8):

– Enséñele a las niñas(os) que el respeto no significa obediencia ciega a los adultos y a la autoridad. Por ejemplo, no les diga “Siempre haz lo que te diga el profesor o la niñera”.
– Fomente los programas de prevención profesional en la escuela de su localidad.
– Conozca a las personas que pasan tiempo con su hija(o), especialmente a sus cuidadores.
– Mantenga una comunicación frecuente, abierta y sin prejuicios con la niña(o) .
– Déjele bien claro a la niña(o) que nadie tiene derecho a tocar ninguna parte de su cuerpo sin su consentimiento.
– Genere ambientes de confianza en donde niñas y niños se sientan escuchados.
– Invítelas/os a que pregunten a un adulto de confianza si sienten confusión ante acercamientos de otras personas, o ante preguntas o peticiones que les hagan.
– Explíqueles la diferencia entre las caricias buenas, que les hacen sentir bien, y los tocamientos que les resultan desagradables e incómodos.
– Déjeles claro que nadie puede obligarles a demostrar su afecto en formas diferentes a las que les ha enseñado la familia.
– Realice talleres sobre el cuidado del cuerpo, reconocimiento de las partes privadas, conductas sexualmente responsables, conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, enamoramiento, embarazo no deseado, sexo seguro y sexo protegido.
– Explíqueles que hay secretos buenos y malos. Los buenos tienen que ver con cosas agradables y los malos con cosas que hacen daño: tocar el cuerpo a escondidas es un secreto malo, y hay que contarlo rápidamente a una persona adulta y de confianza.
– Asegúrese de que la niña(o) sabe decir NO si alguien intenta tocarla(o) con caricias inadecuadas.
– Explíqueles que no deben abrirle la puerta a extraños, ni ir a sus casas, ni a pasear con ellos sin el permiso de sus padres. Conozca a los amigxs y personas con las que la niña(o) suele pasar tiempo.
 
No olvidemos que los abusadores sexuales también están en lo público, disfrazados de “hombres respetables”: sacerdotes, maestros, empresarios, diputados y funcionarios públicos, como el panista Hermes Yahir Chacón Flores, al que recientemente sorprendieron en posesión de más de 74 mil imágenes de menores en situaciones sexuales. ¡No olvidemos estos rostros! http://www.sinembargo.mx/06-10-2014/1136379

Por cierto: ¿ya escuchaste, observaste, empoderaste e informaste a tus hijas e hijos hoy?

Bibliografía:
Imágenes: Saint Hoax, Princest Diaries. http://www.sainthoax.com/princestdiaries.html
(1) Gasman et al. “Informe Nacional sobre la Violencia y la Salud en México”. Ver en: http://www.svri.org/nacional.pdf
(2) Citado en “Educación de la sexualidad y prevención del abuso sexual infantil”. Secretaría de Educación Pública. Ver en: http://www2.sepdf.gob.mx/info_dgsei/archivos/DGSEI_Educacion_de_la_sexualidad_y-prevencion_del_abuso_sexual_infantil.pdf
(3) Malebrán, Carolina. “Cómo detectar abuso sexual en niñas y niños”. Ver en: http://www.educarchile.cl/ech/pro/app/detalle?id=214490
(4) Protocolo de atención a víctimas de la explotación sexual comercial. DIF Nacional. Ver en: http://www.dif.gob.mx/diftransparencia/media/Protocolo1-AtnVictimasExplotacSexComerc.pdf
(5) Scholten, Amy. “Abuso Sexual Infantil: Conozca los Signos de Advertencia”. Ver en: http://www.med.nyu.edu/content?ChunkIID=125711
(6) Stop It Now!, “Warning Signs in Children and Adolescents of Possible Child Sexual Abuse.” Ver en: http://www.stopitnow.org/warning_signs_child_behavior
(7) “Conozca las señales de advertencia. Reconocimiento del abuso sexual”. Web Pública Nacional de Delincuentes Sexuales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos Ver en: http://www.nsopw.gov/es/Education/RecognizingSexualAbuse
(8) http://www.actitudfem.com/sexualidad/articulo/como-prevenir-el-abuso-sexual-en-los-ninos

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